sábado, 20 de marzo de 2010

CUERPO Y MENTE (CAPITULO V)

Solté la bolsa de sangre cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando, ¿porque estaba haciendo aquello? ¿porque mi cuerpo se quería lanzar a las pocas gotas de sangre que quedaban en la bolsa?.
Corrí al baño y en cosa de medio segundo ya estaba en el, supuse que me estaba enloqueciendo, no podía creer lo que pasaba. Me bañe y me vestí rápido, después recogí la bolsa de sangre que había en el suelo y la bote al cubo de la basura, también limpie unas pocas gotas de sangre que calleron a la alfombra. Cuando me asegure de que todo esta limpio y reluciente empecé a subir las escaleras a mi cuarto, cuando me acuerdo de un detalle muy importante, la carta que me había al lado de la bolsa negra. Volvía a bajar las escaleras, agarre la carta y subí las escaleras nuevamente.
Cerré la puerta de mi habitación suave y silenciosamente, puse la carta en mi nochero y me tire en la cama. Intente dormirme, pero era imposible con todos los ruidos de afuera, escuchaba una moto arrancando al lado de mi casa, un pájaro cantando en mi ventana, un perro escarbando en el jardín, la campana de la bicicleta del cartero. daba por seguro que la ventana estaba abierta, porque el ruido se escuchaba como si fuera dentro de la casa, me levante para cerrarla y me lleve la sorpresa de que ya lo estaba, le heche un vistaso a la calle desde la ventana y note que no había ninguna moto, ningún pájaro, ningún perro y ningún cartero, pero aún así los escuchaba. Me quede unos minutos allí escuchando el ruido, y note que el ruido de la motocicleta se volvía mas intenso, como si ya hubiera arrancado, pero cada ves se oía mas cercano, como si estuviera a escasos centímetros mios. Después de unos segundos la moto paso al lado de mi casa ¿acaso estaba escuchando una motocicleta que estaba demaciado lejos como para que una persona común y corriente no pudiera escucharla?¿que podía escuchar cosas a largo alcance? Lo único que sabia era que me estaba volviendo loca, y de eso si estaba total ente segura.
Estaba demaciado enérgica, como si hubiera dormido 3 días seguidos y me hubiera recargado totalmente. Salte de la cama y baje las escaleras para salir de la casa. Empece a percibir un olor delicioso, refrescante y dulce, deducí que no debía ser la cocina, porque allí no habia comida, por que la que había tuve que botarla porque estaba podrida, junto con la bolsa de sangre. Al terminar de bajar las escaleras, para mi sorpresa, note que el olor si provenía de la cocina, entre, y allí estaba parada mi hermana, Samanta buscando desesperadamente algo de comer, volteo y me sorprendió espiándola desde la puerta.
-Hola Sara- me dijo sorprendida -que bueno verte, emmmm... ¿sabes que ha pasado con la comida?- Dijo haciendo muecas de hambre.
-Ohh!! Samanta, para mi también es un gusto verte tan temprano, emmmm... a propósito de la comida, la he tenido que votar porque estaba rancia y su olor era asqueroso- dije, distraida, pensando en el delicioso olor que me había atraído a la cocina - Emmm.... ¿que estas cocinando?- dije para saber de donde provenía el olor.
-Nada, al parecer todo estaba podrido, porque no hay nada que hacer- dijo Samanta. Me fui acercando lentamente hacia el olor, que a mi sorpresa, provenía de mi hermana. Me le acerque hasta que ni nariz tocaba su cuello. De pronto mi mente se debatía con mi cuerpo, ¿cuando s iba a terminar esta tortura?, mis dientes querían penetrar la suave y delicada piel de mi hermana, pero lo la quería y no quería hacerle daño, ella me miraba raro, se estaba alejando de mi, mi cuerpo gano la batalla y la agarro fuertemente y le enterré los colmillos en su cuello, sentí que la sangre cubría cada parte de mi, de nuevo mi mente volvió a recuperarse y solté a mi hermana, ella estaba viva, pero a punto de quedar inconsciente. Mire mis manos que estaban cubiertas de sangre y me puse a llorar, levante a mi hermana del suelo y la lleve a su dormitorio, le puse una toalla en el cuello y salí corriendo de casa.

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