-Sara eres...- Alejandro se vio interrumpido por un fuerte golpe en la puerta, cuando, voltee a mirar que había pasado, vi que la puerta estaba en el suelo y al lado de ella había un chico hermosos, me dio la sensacion de haberlo visto antes, pero no recordaba, pero ¿como era posible no acordarse de el? ¡huy! era bastante estresante esto.
Mis ojos se encontraron con sus ojos azules, vislumbré en su mirada lágrimas que por una u otra razón, no podían salir. Corrió hacia mía una velocidad increíble, le levanto y me abrazo, después, me llevo hacia el otro lado de la habitación y me ubico detrás de el con fin de defenderme.
-¡¿Que rayos pasa aquí?!- pregunte temblando del miedo ¿quien era el?.
-Tranquila Sara, te protegeré pase lo que pase.- me dijo el, mirándome a los ojos.
-Pero ¿Quien eres? Aquí parece que todo el mundo me conoce mas que yo.- Dije con rabia, pues era la vedad y no aguantaba un segundo mas en esas. El chico, me miro con sobresalto, como si no entendiera, luego miro a Alejandro confuso.
-Tranquilo, no le hemos dicho, estábamos apunto, pero nos fue imposible con tu interrupción.- Dijo Alejandro mostrando una amable sonrisa. Mire al rededor y note que todos estaban en posición defensiva y repartidos por toda la habitación, a modo de que nadie lograra escapar.
-Al menos llegue a tiempo antes de que las cosas empeoraran.- dijo el chico misterioso que después volteo a mirarme.-Lo siento, mi nombre es Miguel Angel, es un gusto conocerte... nuevamente- Dijo tornándose educado y mas tranquilo.
-Te seré sincera, en esta situación, no ha sido mayor gusto conocerte a ti ¿Nuevamente? ¿ya nos conocíamos?- Dije tratando de recuperar la postura.
-Mmm... si, algo así... es un poco complicado, mejor lo hablamos después.- Me dijo Miguel Angel Mostrándome una suave y hermosa sonrisa.
-Miguel Angel... ¿M.A? ¿Eres M.A?- Dije asombrada. Era el, el que había dejado las notas y la bolsa, el cual el contenido no quería recordar, el sabia y tenia que ver con todo lo que me estaba pasando.
-Si soy yo, en carne y hueso, disculpa las notas y lo demás, creo que te asuste demaciado. Emmm... me puedes decir Miguel, lo de Angel no me lo creo mucho.- Dijo la ultima frase esbozando una sonrisa.
-Ok Miguel.- Dije, tambien dejando salir una sonrisa.
Note que Alejandro se estaba aclarando la garganta, para llamar nuestra atención, los dos miramos un poco sobresaltados.
-Chicos, siento interrumpirlos, pero tenemos que hablar.- Dijo Alejandro.
-No, yo me voy ya, y me llevo a Sara con migo, es peligroso que lo sepa y que este con nosotros.- Dijo Miguel frunciendo el seño y escondiendo su hermosa sonrisa.
-Miguel, sabes que es mas peligroso que viva sin saber que hacer ni que es, con nosotros estará mejor y mas protegida, también sabes que esta es tu casa, solo que eres bastante rebelde, todos la podemos proteger.- Dijo Alejandro.
Miguel me miro y tomo mis manos, después me miro fijamente a los ojos.
-Esta bien Alejandro, empecemos con esto, entre mas rapido mejor.- Dijo depronto Miguel, dirigiéndose a Alejandro y sentándome en el sillón, el se sentó junto a mi. Todos, relajaron sus posturas y se sentaron.
-Sara, como te iba diciendo, como ya veras, nadie aquí es normal, todos somos totalmente diferentes a las demás personas, hasta tu señorita.- Dijo Alejandro, como si le estuviera contando una historia a un bebe que no quiere tomar la sopa.-Nosotros, tenemos una dieta bastante estricta, por decirlo así, me imagino que ultimamente has probado algo diferente, no son rosquillas ni huevos, algo normalmente la gente no bebe. ¿Has leído algo sobre Vampiros? es mas fácil así.- Mi cuerpo, de un momento a otro se enfrió y se me pusieron los pelos de gallina, empecé a temblar.
-Emm... Si, algo.- Dije.
-Bueno, hay tienes la respuesta. Se que es algo increíble y poco probable pero es así.- Dijo Alejandro mostrando una sonrisa torcida. ¡¿Que diablos?! nunca hubiera pensado algo así, a no se por los eventos que habían ocurrido los últimos días.
-La verdad, es que los únicos Vampiros que hay aquí son Alejandro, Miguel, Isabel, Danny, David, Ephrain, Chris y Sebastian- Dijo Laura. - Tu, Paula, Stefania y yo somos especies diferentes.-
-Tu, Paula y Laura son semi-vampiresas, solo que tu estas iniciada y falta cerrar la conversión con matar a alguien, aunque suene algo perturbante y Paula no esta iniciada, pero tiene el gen de Vampiros en su sangre, ella nunca a tomado sangre; Laura tiene el gen Vampiro en su sangre, pero el gen proviene desde hace millones de años, así que no viene ten fuerte, a ella la iniciaron y alcanzo matar a alguien, pero nunca paso de parecerse a una iniciada.- Dijo Ephrain.- Stefania... ella es una licantropa- dijo con desprecio Ephrain y miro a Stefania con odio, ella lo fulmino con la mirada.
-Aunque halla sonado feo en boca de el, es algo realmente hermosos, al menos no tenemos que matar a nadie para alimentarnos, Licántropo significa hombre lobo, aunque en mi caso, seria mujer loba- dijo Stefania sonriendome.
Estaba aturdida, atonita, sorprendida y queria salir de allí y echar a correr y alejarme de todo el mundo, no queria hacerle daño a nadie.
-¿Que piensas sobre esto Sara? te veo algo, atónita.- Dijo Miguel.
-Es que tengo miedo.- Dije mirando a la nada. Todo se volvió silencio.
-Sara, no te haremos daño, ni a ti, ni a los tuyos, nuestras comidas son animales y sangre que donan a los hospitales.- Dijo Alejandro.
-No tengo miedo de ustedes, tengo miedo de mi, de poder hacerle daño a la gente.- En ese momento rompí a llorar.
-Ya calmate, vas a estar bien encontraremos una solución.- Dijo Miguel.
Miguel me llevo a casa, y me subió por la ventana cargada, yo estaba en otro mundo y no era precisamente un mundo lindo. Me deposito en la cama y me acarisio una mejilla.
-Ya veraz todo estará bien, duerme bien.-Me dijo Miguel, lo tome de la mano antes de que se fuera.
-Tienes que responder muchas preguntas, no te vayas.- Le dije en medio de mi trance.
-Ya habrá tiempo para eso, mas del que te imaginas.- Dijo Miguel y se marcho por la ventana, inmediatamente cerré los ojos me dormí.
¿Que harias si supieras de un momento a otro que lo que te rodea no es lo que parece? ¿Que tu vida esta llena de misterios y de cosas que nunca te hubieras imaginado? ¿Que las personas que quieres resultan ser otras cosas menos personas?
martes, 13 de abril de 2010
lunes, 12 de abril de 2010
ALGUNOS AGRADECIMIENTOS Y DATOS CURIOSOS.
Primero que todo, quiero pedir disculpas a mis lectores, por no publicar el capitulo siguiente antes, lamento decepcionarlos, pero este capitulo se publicara a mas tardar mañana, porque he estado creando varias ideas para que este capitulo sea impactante.
Doy gracias a todas esas personas, que han leído esta historia, que ha salido de mi sin mas ni menos, las palabras sale y se transmiten a traves del teclado. Aveces, me es difícil escribir, porque no encuentro inspiración y muchos de mis capítulos son escritos con emociones reales.
En su gran mayoría, los personajes han sido inspirados en personas reales, incluso hay nombres reales. Estos personajes reflejan mucho de lo que son las personas reales, mis amigos.
Muchas de las situaciones de Obstáculos Oscuros han sido reales, o bueno, casi, solo que la he transformado a fin de que quede bien con la historia.
Se que aveces son desesperantes algunos capítulos, mas específicamente su final, me gusta guardar el suspenso y sorprenderlos.
Gracias a todas esas personas que me han inspirado y gracias por prestarme sus nombres (aunque no los halla pedido prestado). Les deseo una bonita vida humana y que los vampiros los acompañen.
Doy gracias a todas esas personas, que han leído esta historia, que ha salido de mi sin mas ni menos, las palabras sale y se transmiten a traves del teclado. Aveces, me es difícil escribir, porque no encuentro inspiración y muchos de mis capítulos son escritos con emociones reales.
En su gran mayoría, los personajes han sido inspirados en personas reales, incluso hay nombres reales. Estos personajes reflejan mucho de lo que son las personas reales, mis amigos.
Muchas de las situaciones de Obstáculos Oscuros han sido reales, o bueno, casi, solo que la he transformado a fin de que quede bien con la historia.
Se que aveces son desesperantes algunos capítulos, mas específicamente su final, me gusta guardar el suspenso y sorprenderlos.
Gracias a todas esas personas que me han inspirado y gracias por prestarme sus nombres (aunque no los halla pedido prestado). Les deseo una bonita vida humana y que los vampiros los acompañen.
domingo, 4 de abril de 2010
SORPRESA (CAPITULO IX)
El hombre de las escaleras, se me acerco y puso su pesada, fría y perfecta mano izquierda en mi hombro derecho, luego, miro mi rostro con una amable sonrisa, después ocurrió algo que no esperaba, puso cara de terror.
-¡Hay lo siento querida! veo tu cara de terror, debes estar confundida, no sabes ni siquiera como me llamo y además tampoco sabes porque estas aquí, soy un mal educado, deberían castigarme por ello.- Me dijo, con exagerado asentó de disculpa.
-¡Vaya! por fin alguien que cae en cuenta de ello, llevo mas de dos horas preguntando lo mismo pero nadie responde, además, si empiezo a preguntar, alguien se tiene que poner de mal humor.- Dije con tono sarcástico mirando a Laura que se rió maliciosamente, aunque aún andaba algo mal humorada.
-Laura, ¿cuantas veces te he dicho que debes ser amable con las demás personas? ser diferente a todos los que te rodean no te da el derecho a hacerlo, acuerdate, no te puedes resentir con nadie por lo que eres, te conozco muy bien.- Dijo el hombre extraño, que hasta el momento no había dicho su nombre.
-Lo siento, anoche no dormí, además estaba totalmente desidida a no venir, tenia que traerla de una forma u otra... y si, lo se, tenia que traerla, todavía tiene oportunidad, no como yo, que me quede así, a medias- Dijo Laura defendiéndose, pero no entendía el termino a medias y ¿como que salvarme?.
-Emmm... Sara, por sierto, mi nombre es Alejandro y esta es nuestra casa, que desde desde ahora también va a ser como tu casa, siempre estarán las puertas abiertas para ti. Y Hola Paula, que mal educado soy, no te había saludado, hace mucho que no hablamos.- Me quede boquiabierta, frente a la ultima expresión de Alejandro, ¿Acaso Paula ya lo conocía? ¿Pero cuando?.
-Hola Alejandro- Dijo Paula con la voz ronca y sombría.
-Paula, se que es el momento menos indicado pero, ¿cuando diablos lo consiste?- dije enfadada.
-Hace mucho tiempo, apenas tenia 5 años, era como mi protector o algo así, pero después me abandono de un momento a otro, no lo volví a ver. ¿Sabes que soy adoptada, no? pues mira aquí a mi "padre"- Me dijo Paula, tenia los ojos cerrados y las lágrimas no tardarian en salir. Sabia que sus padres la habían abandonado, y que a los 5 años, una familia la había adoptado, pronto, mis ojos también se llenaron de lágrimas.
-¡¿Como te atreves?!- Le dije a Alejandro llena de ira, y le mande mi puño a su nariz, para mi sorpresa, la mano me quedo doliendo horriblemente y su nariz quedo tan intacta y perfecta como desde el primer momento que lo vi.
-Lo hice por el bien de ella, me iban a matar y no iba a dejar que lo hicieran también con ella. La ame demaciado, tal y como lo hago ahora. Y tu lo sabes mi niña ¿verdad que si?- Dijo con su voz totalmente calma, como si no hubiera ocurrido nada, al final de la frase, note que sus ojos estaban cristalinos, pero en ellos no habían ninguna lágrima.
-Si papá, lo se...- Paula corrió hacia el y lo abrazo, duraron así, cerca de dos minutos.
-Emmm... bueno, lamento arruinar este bonito reencuentro, pero tenemos asuntos bastante delicados, como, por ejemplo Sara, sentemonos y areglemos este asunto de una vez, porque tengo partido a las once.- Dijo David, un poco incomodo, pero tratando de animar la cosa.
-Si, tienes razón, iré por las demás personas, sera mas fácil tratar este tema con todos reunidos.- Dijo Stefania, apoyando la noción de David.
Estaba distraida mirando la bonita imagen de Paula y Alejandro, que cosa tan rara la que había pasado. Gire mi cabeza hacia el lado derecho, para observar mas detenidamente la estancia, tan pronto lo hice, vi el rostro de Laura, mirándome, a pocos centímetros del mio.
-¡Buh!- Dijo entono de broma. -- Bueno... Emmm... solo quería disculparme por mi mal comportamiento, estaba un poco brabucona ahora, pero ya paso. Mira, esto, lo que vamos a hablar con tigo es algo sorprendente, increíble, imposible y un poco, pero poco raro, bueno, la verdad es que es muy raro, en fin solo quiero que escuches atentamente, no nos interrumpas, dejanos contarte todo y ya tu veras si crees, no crees o si quieres salir por la puerta gritando, quieres insultarnos, quieres hacer preguntas, bueno la verdad es que frente a esto puedes reaccionar de mil formas, tu escojes... hahaha.... uiisshh... que mal me siento por ti.- Me quede mirándola con la boca abierta, la verdad,, es que solo había entendido una tercera parte de lo que había oído, porque andaba algo nerviosa y cuando lo estaba, hablaba horriblemente rápido.
-Bueno... ok, como tu digas....- dije tratando de asimilar, todavía lo que había dicho.
Pasaron unos minutos y ya estábamos sentados en un gran mueble color negro, Alejandro, Paula, David, Laura y yo. Estábamos esperando a que las demás personas llegaran, junto con Stefania que se había ido por ellos.
Estaba distraida Jugando con un mechón de mi negro cabello, de pronto, eleve la mirada hacia las escalares, vi a Stefania bajar adelante y detrás de ella venían cinco personas mas, dos chicas y tres chicos. Justo atrás de Stefania había una chica alta, con el pelo rizado y color castaño, sus ojos eran azules como el mar y sus facciones eran menudas y perfectas, fue hecha por la perfección; junto a ella venia un chico un poco mas alto que ella, el cabello negro, era fornido y sus ojos eran tan oscuros como la noche; detrás de ellos, iba una chica baja, con el pelo a los hombros, sus ojos eran grandes y expresivos, eran del color de la miel, su cabello, liso, le llegaba hasta los hombros, tenia la apariencia de una niña de mi misma edad, 15 años; detrás de ella, estaban los dos chicos restantes, uno de ellos, tenia apariencia de un niño de 10 años, el pelo, era rubio y alborotado y sus ojos eran grises y tenían un brillo especial, era bastante delgado; el otro chico, era alto, su cabello era castaño y estaba desordenado, sus ojos eran color miel, tal y como los de la chica. Todos allí eran igualmente pálidos, tal y como Alejandro y David, hasta yo.
-¡Hola chicos!- dijo Alejandro -Sara, ellos son Isabel, Ephrain, Dany, Chris y Sebastian.- Todos me dedicaron una amplia sonrisa, menos la chica de rizos, Isabel, que solo asintió con elegancia, que parecía ser natural en ella.
-Vaya chica la que se ha conseguido...- Dijo el chico de los ojos color miel, el que parecía llamarse Sebastian, pero se vio interrumpido por el codazo de el chico pequeño, Chris que después le susurro algo como "Callate, ¿no ves que no esta enterada? ¡Vaya idiota!". Yo solté una pequeña risita, aunque no sabia de que o quien hablaban.
-Hola Sara, es un gusto poder conocerte, he esperado este momento hace mucho tiempo, disculpa a este par de idiotas.- Dijo Dany, la niña que parecía ser de mi misma edad.
-Ummm... Por fin logro conocerte, eres bastante famosa por acá.- Me dijo e chico de pelo negro, me miro, de una forma rara, no puede indentificar que quería decir con ella.
-Ok chicos, creo que ya se conocen, es hora de ir al meollo del asunto. Seremos claros y después te explicaremos Sara- Me dijo Alejandro. -Espero que no te impacte demaciado, aunque creo que una noticia de esta magnitud es bastante traumante, y no quiero asustarte- Mire las caras de todos, que me miraban con atención, esperando mi reaccion. -Wow! es bastante difícil- Dijo Alejandro. Note, que Paula, que había permanecido callada desde el encuentro con Alejandro, tenia la cabeza metida entre sus brazos, como si quisiera que lo que estaba por suceder no pasara, esto me puso nerviosa.
-¡Sueltalo ya!- Dijo Laura desesperada. Alejandro la fulmino con la mirada y prosiguió.
-Sara eres......-
-¡Hay lo siento querida! veo tu cara de terror, debes estar confundida, no sabes ni siquiera como me llamo y además tampoco sabes porque estas aquí, soy un mal educado, deberían castigarme por ello.- Me dijo, con exagerado asentó de disculpa.
-¡Vaya! por fin alguien que cae en cuenta de ello, llevo mas de dos horas preguntando lo mismo pero nadie responde, además, si empiezo a preguntar, alguien se tiene que poner de mal humor.- Dije con tono sarcástico mirando a Laura que se rió maliciosamente, aunque aún andaba algo mal humorada.
-Laura, ¿cuantas veces te he dicho que debes ser amable con las demás personas? ser diferente a todos los que te rodean no te da el derecho a hacerlo, acuerdate, no te puedes resentir con nadie por lo que eres, te conozco muy bien.- Dijo el hombre extraño, que hasta el momento no había dicho su nombre.
-Lo siento, anoche no dormí, además estaba totalmente desidida a no venir, tenia que traerla de una forma u otra... y si, lo se, tenia que traerla, todavía tiene oportunidad, no como yo, que me quede así, a medias- Dijo Laura defendiéndose, pero no entendía el termino a medias y ¿como que salvarme?.
-Emmm... Sara, por sierto, mi nombre es Alejandro y esta es nuestra casa, que desde desde ahora también va a ser como tu casa, siempre estarán las puertas abiertas para ti. Y Hola Paula, que mal educado soy, no te había saludado, hace mucho que no hablamos.- Me quede boquiabierta, frente a la ultima expresión de Alejandro, ¿Acaso Paula ya lo conocía? ¿Pero cuando?.
-Hola Alejandro- Dijo Paula con la voz ronca y sombría.
-Paula, se que es el momento menos indicado pero, ¿cuando diablos lo consiste?- dije enfadada.
-Hace mucho tiempo, apenas tenia 5 años, era como mi protector o algo así, pero después me abandono de un momento a otro, no lo volví a ver. ¿Sabes que soy adoptada, no? pues mira aquí a mi "padre"- Me dijo Paula, tenia los ojos cerrados y las lágrimas no tardarian en salir. Sabia que sus padres la habían abandonado, y que a los 5 años, una familia la había adoptado, pronto, mis ojos también se llenaron de lágrimas.
-¡¿Como te atreves?!- Le dije a Alejandro llena de ira, y le mande mi puño a su nariz, para mi sorpresa, la mano me quedo doliendo horriblemente y su nariz quedo tan intacta y perfecta como desde el primer momento que lo vi.
-Lo hice por el bien de ella, me iban a matar y no iba a dejar que lo hicieran también con ella. La ame demaciado, tal y como lo hago ahora. Y tu lo sabes mi niña ¿verdad que si?- Dijo con su voz totalmente calma, como si no hubiera ocurrido nada, al final de la frase, note que sus ojos estaban cristalinos, pero en ellos no habían ninguna lágrima.
-Si papá, lo se...- Paula corrió hacia el y lo abrazo, duraron así, cerca de dos minutos.
-Emmm... bueno, lamento arruinar este bonito reencuentro, pero tenemos asuntos bastante delicados, como, por ejemplo Sara, sentemonos y areglemos este asunto de una vez, porque tengo partido a las once.- Dijo David, un poco incomodo, pero tratando de animar la cosa.
-Si, tienes razón, iré por las demás personas, sera mas fácil tratar este tema con todos reunidos.- Dijo Stefania, apoyando la noción de David.
Estaba distraida mirando la bonita imagen de Paula y Alejandro, que cosa tan rara la que había pasado. Gire mi cabeza hacia el lado derecho, para observar mas detenidamente la estancia, tan pronto lo hice, vi el rostro de Laura, mirándome, a pocos centímetros del mio.
-¡Buh!- Dijo entono de broma. -- Bueno... Emmm... solo quería disculparme por mi mal comportamiento, estaba un poco brabucona ahora, pero ya paso. Mira, esto, lo que vamos a hablar con tigo es algo sorprendente, increíble, imposible y un poco, pero poco raro, bueno, la verdad es que es muy raro, en fin solo quiero que escuches atentamente, no nos interrumpas, dejanos contarte todo y ya tu veras si crees, no crees o si quieres salir por la puerta gritando, quieres insultarnos, quieres hacer preguntas, bueno la verdad es que frente a esto puedes reaccionar de mil formas, tu escojes... hahaha.... uiisshh... que mal me siento por ti.- Me quede mirándola con la boca abierta, la verdad,, es que solo había entendido una tercera parte de lo que había oído, porque andaba algo nerviosa y cuando lo estaba, hablaba horriblemente rápido.
-Bueno... ok, como tu digas....- dije tratando de asimilar, todavía lo que había dicho.
Pasaron unos minutos y ya estábamos sentados en un gran mueble color negro, Alejandro, Paula, David, Laura y yo. Estábamos esperando a que las demás personas llegaran, junto con Stefania que se había ido por ellos.
Estaba distraida Jugando con un mechón de mi negro cabello, de pronto, eleve la mirada hacia las escalares, vi a Stefania bajar adelante y detrás de ella venían cinco personas mas, dos chicas y tres chicos. Justo atrás de Stefania había una chica alta, con el pelo rizado y color castaño, sus ojos eran azules como el mar y sus facciones eran menudas y perfectas, fue hecha por la perfección; junto a ella venia un chico un poco mas alto que ella, el cabello negro, era fornido y sus ojos eran tan oscuros como la noche; detrás de ellos, iba una chica baja, con el pelo a los hombros, sus ojos eran grandes y expresivos, eran del color de la miel, su cabello, liso, le llegaba hasta los hombros, tenia la apariencia de una niña de mi misma edad, 15 años; detrás de ella, estaban los dos chicos restantes, uno de ellos, tenia apariencia de un niño de 10 años, el pelo, era rubio y alborotado y sus ojos eran grises y tenían un brillo especial, era bastante delgado; el otro chico, era alto, su cabello era castaño y estaba desordenado, sus ojos eran color miel, tal y como los de la chica. Todos allí eran igualmente pálidos, tal y como Alejandro y David, hasta yo.
-¡Hola chicos!- dijo Alejandro -Sara, ellos son Isabel, Ephrain, Dany, Chris y Sebastian.- Todos me dedicaron una amplia sonrisa, menos la chica de rizos, Isabel, que solo asintió con elegancia, que parecía ser natural en ella.
-Vaya chica la que se ha conseguido...- Dijo el chico de los ojos color miel, el que parecía llamarse Sebastian, pero se vio interrumpido por el codazo de el chico pequeño, Chris que después le susurro algo como "Callate, ¿no ves que no esta enterada? ¡Vaya idiota!". Yo solté una pequeña risita, aunque no sabia de que o quien hablaban.
-Hola Sara, es un gusto poder conocerte, he esperado este momento hace mucho tiempo, disculpa a este par de idiotas.- Dijo Dany, la niña que parecía ser de mi misma edad.
-Ummm... Por fin logro conocerte, eres bastante famosa por acá.- Me dijo e chico de pelo negro, me miro, de una forma rara, no puede indentificar que quería decir con ella.
-Ok chicos, creo que ya se conocen, es hora de ir al meollo del asunto. Seremos claros y después te explicaremos Sara- Me dijo Alejandro. -Espero que no te impacte demaciado, aunque creo que una noticia de esta magnitud es bastante traumante, y no quiero asustarte- Mire las caras de todos, que me miraban con atención, esperando mi reaccion. -Wow! es bastante difícil- Dijo Alejandro. Note, que Paula, que había permanecido callada desde el encuentro con Alejandro, tenia la cabeza metida entre sus brazos, como si quisiera que lo que estaba por suceder no pasara, esto me puso nerviosa.
-¡Sueltalo ya!- Dijo Laura desesperada. Alejandro la fulmino con la mirada y prosiguió.
-Sara eres......-
jueves, 1 de abril de 2010
DUDAS (CAPITULO VIII)
Laura interrumpió a David.
-Creo, que este momento es el menos indicado para contarle todo y mucho menos el lugar, vámonos de aquí, vamos a la central, con los demás sera mas fácil explicarle las cosas.- Dijo Laura.
-Disculpen, pero, no entiendo nada, no se de que hablan y tengo que entrar a clase ya, van a cerrar la puerta del salón de clases.- Dije tratando de evadir el tema.
-Lo siento Sara, pero tendrás que faltar al instituto.- Dijo Laura cogiéndome de un brazo. -Vámonos ya.-
-¡Espera¡- le grite -al menos dejame llamar a Paula para que me cubra- dije tratando de huir.
-Me temo, que Paula también tendrá que ir con nosotros- Dijo Stefania, que tenia agarrada del brazo a Paula, probablemente, la había traído mientras discutía con Laura.
-¿Me explican que pasa aquí por favor?- Dijo Paula igual de confundida que yo. -¿No sera esta una de tus bromitas Laura?- Dijo enojada.
-Me creerán cuando lleguemos al cuartel.- Dijo Laura también enojada por nuestra rebeldía.
-Chicas, relajense, lo que menos necesitamos es otro problema en estos momentos.- Dijo David tratando de arreglar las cosas.
-Tienes razón David, sera mejor que lleguemos ya.- Dijo Stefania.
Todos nos dirigimos hacia una camioneta gris muy grande y bonita, que al parecer se robaba todas las miradas del instituto, no era de mi agrado hablar de autos y obcesionarme con ellos, pero si lo fuera, diría que este carro era realmente caro y lujoso. Stefania abrió la puerta de la parte tracera de la camioneta, Laura me hizo entrar junto con Paula y después entro Stefania, Laura cerro la puerta y después entro al asiento del copiloto , David, ya estaba listo para arrancar.
El viaje fue tedioso, no sabia hacia donde nos dirigíamos, Paula, estaba tensa, no hablaba; Laura, tenia apoyada su cabeza, al marco de la ventana, trataba de controlar su rabia; Stefania, ella estaba totalmente tranquila, tarareaba una canción, creo que era de Lady Gaga, me resultaba bastante familiar; David, iba concentrado en la vía, era un buen conductor apesar de ser un adolecente, le ponía unos 16 o 17 años, no aparentaba mucho, pero al contrario, su mirada reflejaba experiencia, como la que mostraba al conducir; y yo, tratando de romper el silencio, me fastidiaba tanta tensión en el ambiente, la podía saborear, era tan clara y espesa. Además de esto, tenia tantas dudas y necesitaba resolverlas lo mas pronto posible, ¿como que no era lo que creía ser?, ¿acaso lo que me estaba ocurriendo ultimamente, tenia que ver con esto?, ¿para donde diablos íbamos?; me aclare la garganta para romper el silencio de una vez por todas.
-Chicos, ¿me podrían decir hacia donde vamos?- dije con un hilo de voz, tratando de no colmar la paciencia de nadie.
-Para el cuartel, bueno, es donde nos reunimos a tratar temas muy importantes y delicados como tu y Paula, o a organizar misiones y repartirnos el trabajo, allí también esta nuestro líder, por llamarlo así, bueno, al menos yo solo lo tomo como un padre- Me dijo David, con una sonrisa esplendida y perfecta en su rostro, la cual alcanzaba a ver en el espejo.
-Lo siento David, pero no se a quien te refieres, es mas, no entiendo porque tenemos que ir al "cuartel"- dije.
-¡Oh! si claro, lo siento, no recordaba que eres novata. Allá te darás cuenta a que tipo de personas me refiero, también notaras que Stefania es la única en su especie, no dejamos entrar muchos de los suyos en nuestra fraternidad.- Dijo David.
-Si, soy algo así, como la oveja negra de la familia, la verdad es que ni la cuarta parte de esta fraternidad me acepta. Pero, la verdad, me da igual, tengo a Laura y a David, que son suficiente para sentirse como en casa.- Dijo Stefania, con mostrándome una hermosa sonrisa. ¿Acaso todos los del cuartel eran así de perfectos?, porque si era así, yo obviamente iba a desentonar.
Mire hacia mi derecha y vi a Paula, todavía tensa, me dio la impresión, de que de sus ojos estaban a punto de salir lágrimas. Coji una de sus manos y la apreté fuertemente.
-Ya veras, todo estará bien, confía en ellos, son buena onda.- Le dije, tratando de ponerle un poco de animo a la cosa, pronto, ella me mostró una sonrisa y se relajo.
-La verdad es que si, aunque creo a que tipo de personas se refieren- Me dijo ella, durante un segundo, pude ver que los otros tres, abrieron sus ojos como platos, pero trataron de dicimularlo para no alarmarme.
-¿Si?... Bueno, al menos tu si sabes por donde va la cosa.- Le dije, tratando de parecer relajada.
-La verdad, es que preferiría no saberlo, nisiquiera sospecharlo.- me dijo sincera. Me quede callada, no quería darle mas vueltas al asunto.
El resto del viaje, estubo silencioso, al igual que laura, que dormía recostada al marco de la puerta, al parecer lo único que tenia era sueño; Paula, también estaba dormida y Stefania jugaba con su cabello. Yo observaba el camino y los árboles que se desdibujaban alrededor del auto.
-Chicas, deberían despertar de una vez a las dormilonas. Ya casi llegamos.- Dijo David con un hilo de voz.
-Esta bien- dijimos al unisono Stefania y yo. Stefania se encargo de Laura y yo de Paula, puse mi mano en su hombro y la sacudí con delicadeza, para que no se despertara malhumorada. Abrió sus ojos lentamente y después los puso como platos.
-¿¡Que paso!?- Grito y al mismo tiempo trato de pararse sobre la silla, pero la capota del auto lo impidió y se dio en la cabeza.
-¡Nada! solo te despertaba porque ya casi llegamos dormilona, ¿te has hecho daño?- dije.
-Ahh... no, solo me duele un poco, pero estoy bien- dijo para tranquilisarme.
-Ok...- Cuando voltee para mirar a los demás, ellos estaban con los ojos puestos en nosotras, y después estallaron de la risa y yo con ellos.
-Chicas, ya llegamos.- Dijo David, todavía en carcajadas.
Nos bajamos, cuando me detuve a mirar, vi que el "cuartel", no era una simple casa, era una mansión, tenia forma de castillo, pero obviamente era mas pequeño que uno normal, pero a su vez, era muy grande. Afuera, habían tres autos parqueados, que a igual que la mansión, eran hermosos.
-Vamos, entremos.- Dijo Laura, sacando de su bolsillo las llaves que al parecer eran del mini-castillo.
Laura, abrió silenciosa y lentamente la gran puerta de madera antigua que adornaba la entrada de la mansión, cuando entramos, note que estábamos en una instancia grande, llena de muebles hermosos y modernos (balla "cuartel", yo diría que era una casa vocacional o algo por el estilo). Mire hacia las escaleras y allí se encontraba un hombre esperándonos con una gran sonrisa (¡mierda! tenia razón, si que iba a desentonar aquí), era tan pálido como David y yo, tenia el pelo negro y los ojos oscuros, sus facciones eran perfectas y sus dientes totalmente blancos, aparentaba tener unos 30 años.
-Bienvenidas, las estábamos esperando, sobre todo a ti Sara, 15 años buscándote sin descansar y por fin a pareces de la nada, pero por lo que veo, creo que ya te han encontrado y... al parecer también se adueñaron de ti mi pequeña- dijo el hombre de las escaleras. Pero, ¿como que me habían buscado desde que nací?, ¿quien diablos se había adueñado de mi?, ¿y quien diablos era el?. Acá las cosas, se ponían realmente raras.
-Creo, que este momento es el menos indicado para contarle todo y mucho menos el lugar, vámonos de aquí, vamos a la central, con los demás sera mas fácil explicarle las cosas.- Dijo Laura.
-Disculpen, pero, no entiendo nada, no se de que hablan y tengo que entrar a clase ya, van a cerrar la puerta del salón de clases.- Dije tratando de evadir el tema.
-Lo siento Sara, pero tendrás que faltar al instituto.- Dijo Laura cogiéndome de un brazo. -Vámonos ya.-
-¡Espera¡- le grite -al menos dejame llamar a Paula para que me cubra- dije tratando de huir.
-Me temo, que Paula también tendrá que ir con nosotros- Dijo Stefania, que tenia agarrada del brazo a Paula, probablemente, la había traído mientras discutía con Laura.
-¿Me explican que pasa aquí por favor?- Dijo Paula igual de confundida que yo. -¿No sera esta una de tus bromitas Laura?- Dijo enojada.
-Me creerán cuando lleguemos al cuartel.- Dijo Laura también enojada por nuestra rebeldía.
-Chicas, relajense, lo que menos necesitamos es otro problema en estos momentos.- Dijo David tratando de arreglar las cosas.
-Tienes razón David, sera mejor que lleguemos ya.- Dijo Stefania.
Todos nos dirigimos hacia una camioneta gris muy grande y bonita, que al parecer se robaba todas las miradas del instituto, no era de mi agrado hablar de autos y obcesionarme con ellos, pero si lo fuera, diría que este carro era realmente caro y lujoso. Stefania abrió la puerta de la parte tracera de la camioneta, Laura me hizo entrar junto con Paula y después entro Stefania, Laura cerro la puerta y después entro al asiento del copiloto , David, ya estaba listo para arrancar.
El viaje fue tedioso, no sabia hacia donde nos dirigíamos, Paula, estaba tensa, no hablaba; Laura, tenia apoyada su cabeza, al marco de la ventana, trataba de controlar su rabia; Stefania, ella estaba totalmente tranquila, tarareaba una canción, creo que era de Lady Gaga, me resultaba bastante familiar; David, iba concentrado en la vía, era un buen conductor apesar de ser un adolecente, le ponía unos 16 o 17 años, no aparentaba mucho, pero al contrario, su mirada reflejaba experiencia, como la que mostraba al conducir; y yo, tratando de romper el silencio, me fastidiaba tanta tensión en el ambiente, la podía saborear, era tan clara y espesa. Además de esto, tenia tantas dudas y necesitaba resolverlas lo mas pronto posible, ¿como que no era lo que creía ser?, ¿acaso lo que me estaba ocurriendo ultimamente, tenia que ver con esto?, ¿para donde diablos íbamos?; me aclare la garganta para romper el silencio de una vez por todas.
-Chicos, ¿me podrían decir hacia donde vamos?- dije con un hilo de voz, tratando de no colmar la paciencia de nadie.
-Para el cuartel, bueno, es donde nos reunimos a tratar temas muy importantes y delicados como tu y Paula, o a organizar misiones y repartirnos el trabajo, allí también esta nuestro líder, por llamarlo así, bueno, al menos yo solo lo tomo como un padre- Me dijo David, con una sonrisa esplendida y perfecta en su rostro, la cual alcanzaba a ver en el espejo.
-Lo siento David, pero no se a quien te refieres, es mas, no entiendo porque tenemos que ir al "cuartel"- dije.
-¡Oh! si claro, lo siento, no recordaba que eres novata. Allá te darás cuenta a que tipo de personas me refiero, también notaras que Stefania es la única en su especie, no dejamos entrar muchos de los suyos en nuestra fraternidad.- Dijo David.
-Si, soy algo así, como la oveja negra de la familia, la verdad es que ni la cuarta parte de esta fraternidad me acepta. Pero, la verdad, me da igual, tengo a Laura y a David, que son suficiente para sentirse como en casa.- Dijo Stefania, con mostrándome una hermosa sonrisa. ¿Acaso todos los del cuartel eran así de perfectos?, porque si era así, yo obviamente iba a desentonar.
Mire hacia mi derecha y vi a Paula, todavía tensa, me dio la impresión, de que de sus ojos estaban a punto de salir lágrimas. Coji una de sus manos y la apreté fuertemente.
-Ya veras, todo estará bien, confía en ellos, son buena onda.- Le dije, tratando de ponerle un poco de animo a la cosa, pronto, ella me mostró una sonrisa y se relajo.
-La verdad es que si, aunque creo a que tipo de personas se refieren- Me dijo ella, durante un segundo, pude ver que los otros tres, abrieron sus ojos como platos, pero trataron de dicimularlo para no alarmarme.
-¿Si?... Bueno, al menos tu si sabes por donde va la cosa.- Le dije, tratando de parecer relajada.
-La verdad, es que preferiría no saberlo, nisiquiera sospecharlo.- me dijo sincera. Me quede callada, no quería darle mas vueltas al asunto.
El resto del viaje, estubo silencioso, al igual que laura, que dormía recostada al marco de la puerta, al parecer lo único que tenia era sueño; Paula, también estaba dormida y Stefania jugaba con su cabello. Yo observaba el camino y los árboles que se desdibujaban alrededor del auto.
-Chicas, deberían despertar de una vez a las dormilonas. Ya casi llegamos.- Dijo David con un hilo de voz.
-Esta bien- dijimos al unisono Stefania y yo. Stefania se encargo de Laura y yo de Paula, puse mi mano en su hombro y la sacudí con delicadeza, para que no se despertara malhumorada. Abrió sus ojos lentamente y después los puso como platos.
-¿¡Que paso!?- Grito y al mismo tiempo trato de pararse sobre la silla, pero la capota del auto lo impidió y se dio en la cabeza.
-¡Nada! solo te despertaba porque ya casi llegamos dormilona, ¿te has hecho daño?- dije.
-Ahh... no, solo me duele un poco, pero estoy bien- dijo para tranquilisarme.
-Ok...- Cuando voltee para mirar a los demás, ellos estaban con los ojos puestos en nosotras, y después estallaron de la risa y yo con ellos.
-Chicas, ya llegamos.- Dijo David, todavía en carcajadas.
Nos bajamos, cuando me detuve a mirar, vi que el "cuartel", no era una simple casa, era una mansión, tenia forma de castillo, pero obviamente era mas pequeño que uno normal, pero a su vez, era muy grande. Afuera, habían tres autos parqueados, que a igual que la mansión, eran hermosos.
-Vamos, entremos.- Dijo Laura, sacando de su bolsillo las llaves que al parecer eran del mini-castillo.
Laura, abrió silenciosa y lentamente la gran puerta de madera antigua que adornaba la entrada de la mansión, cuando entramos, note que estábamos en una instancia grande, llena de muebles hermosos y modernos (balla "cuartel", yo diría que era una casa vocacional o algo por el estilo). Mire hacia las escaleras y allí se encontraba un hombre esperándonos con una gran sonrisa (¡mierda! tenia razón, si que iba a desentonar aquí), era tan pálido como David y yo, tenia el pelo negro y los ojos oscuros, sus facciones eran perfectas y sus dientes totalmente blancos, aparentaba tener unos 30 años.
-Bienvenidas, las estábamos esperando, sobre todo a ti Sara, 15 años buscándote sin descansar y por fin a pareces de la nada, pero por lo que veo, creo que ya te han encontrado y... al parecer también se adueñaron de ti mi pequeña- dijo el hombre de las escaleras. Pero, ¿como que me habían buscado desde que nací?, ¿quien diablos se había adueñado de mi?, ¿y quien diablos era el?. Acá las cosas, se ponían realmente raras.
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