Ya llevábamos mas de una hora mirándonos fijamente, ninguno había pronunciado palabra alguna después del beso, era como si las palabras sobraran porque nuestras miradas transmitían todo.
-Nunca me cansaría de esto, pero me temo que tengo que interrumpirlo. Tenemos que hablar.- Dijo por fin con una sonrisa dulce y sacándome del trance.
-Tienes razón. He venido para que me expliques muchas cosas.- Dije imitando el tomo dulce con el que había hablado.
-Bueno, deberíamos ir a un lugar mas seco y cómodo porque lo que te voy a contar no creo que sea muy agradable y este lugar lo empeora.- Dijo mirando la húmeda tierra y cogiendo una pesada piedra con sus fuertes y perfectas manos.
-Esta bien, pero primero tengo que llamar a mi hermana y decirle que llego un poco tarde hoy.- Dije cogiendo mi celular de mi bolso. La busque en los contactos y hundí el botón llamar.
-¿Sara?- Contesto Sam.
-Hola Sam. ¿Cómo te ha ido con tu nuevo horario?-
-Me va de maravilla, de hecho voy de salida para la casa. ¿Necesitas algo?-
-No, solo te quería avisar que llegare un poco tarde hoy, voy a ir con unos nuevos amigos del instituto a dar un paseo- Dije de manera rápida para que no me interrogara mucho.
-Ok, ¿Puedo confiar en que estarás bien con ellos? Me parece algo raro que salgas.- Dijo con un tono de sospecha.
-Si, son buenas personas, también son amigos de Paula. Y si, a mi también me pareció algo raro cuando dije que si quería salir, pero me di cuenta que necesito cambiar de ambiente un poco. Sam te tengo que colgar. Adiós, te quiero.- Yo hablaba bastante rápido, porque no se me daba muy bien mentir.
-Ok… mmm... Esta bien, te veo luego. Adiós, también te quiero.- Dijo con tono de que no se había tragado nada.
Miguel me miraba con cara de burla.
-Y… Se supone que estabas mintiendo.- Dijo dejando escapar una risita.
-Bueno, no mentí del todo. A mi parecer no me salió tan mal.- Miguel, dejo escapar esta vez una risotada.
-Wow!... nunca había visto a alguien mentir tan mal.- Seguía carcajeándose.
-Han habido peores, no te burles.- Dije inflando mis cachetes con aire y frunciendo el ceño como una niña pequeña.
-Esta bien, lo siento mi niña pequeña. Y… ¿Porqué “mentías”?- Dijo esta vez mas serio pero dejando escapar una risita en la palabra “mentías”.
-No sabes como es mi hermana, si le digo que voy a salir con un chico empieza a preguntar de todo.- Dije poniendo los ojos en blanco.
-Te entiendo, Eph y Sebastian también son así- Dijo poniendo los ojos en blanco también.-Umm… Vámonos, aquí te vas a ensuciar, iremos a casa de Alejandro.- Dijo mirando el vestido y la tierra.
-Esta bien te sigo- Me incorpore y empecé a seguir a Miguel.
No fue mucho lo que caminamos, llegamos a una calle donde estaba parqueado un automóvil negro que seguro no pasaría inadvertido por ninguna parte. Miguel saco las llaves del auto y abrió la puerta del copiloto. Yo me quede parada mirándolo a el y al auto.
-Es lindo ¿verdad?- Dijo Miguel mirando el auto -es un BMW Z4, pero no es de mi gusto. Ven entra, que se esta haciendo tarde.- Asentí y entre al auto, el cual era tan hermoso por dentro como por fuera.
Ya habían pasado unos 5 minutos después de que Miguel había arrancado, ninguno había dicho una palabra y yo me encontraba mirando los árboles que se desdibujaban a los lados del auto.
-¿En que piensas?- Pregunto Miguel acariciándome la mejilla.
-En que va a ser lo primero que te voy a preguntar, son demasiadas preguntas sin respuestas.- Dije sonriendo.
-Ojala pueda encontrarle respuestas a todas, Alejandro me puede ayudar con tigo el sabe mucho.- Dijo Miguel.
-¿Alejandro también es como un padre para ti?- Pregunte.
-Si, el es el que me convirtió en lo que soy ahora. El a cuidado de todos nosotros para que no vallamos por mal camino. Aunque el dice que soy el mas rebelde de todos, el que siempre resulta en líos.-
-Eso veo, y los demás ¿son como tus hermanos? Supongo.- Dije pensando es sus perfectos rostros y comparándolos con el de Miguel que era igual o mas perfecto. Definitivamente tenían algo que ver.
-Si, aunque nos mantengamos en riñas, igual los quiero. Mira, por ejemplo, Eph con su modo de ser tan raro nadie lo soporta pero es el perfecto compañero de caza; Isabel con el orgullo que lo mantiene en las nubes a veces puede ser muy buena consejera; Sebastian, se las da de muy chistoso, bueno aunque a veces si lo es, pero puede llegar a irritarte demasiado pero es mi mejor amigo; David, bueno, el es el mejor, puedes confiar en el para lo que quieras al igual que Dany y Chris, son geniales. Laura la mal humorada, es perfecta en hacer planes, me encanta y Stefania, es el alma de la familia, literalmente, porque es la única en la fraternidad que no le ha hecho daño a nada ni a nadie, es un alma pura.- Decía mirando a través del parabrisas. -Pero ellos no son todos los que hay, hay mas que han tenido que viajar últimamente, ya los conocerás-
-¿Mas?... Wow!... Definitivamente si que desentono allá.- Dije pensando en lo hermosos que podrían ser y en lo extraña que me vería con ellos.
-No digas tonterías. Eres la mas hermosa ¿Nunca te has visto ha un espejo?- Esta vez su vos no sonaba tan dulce como antes.
-Si, la ultima ves que lo hice salí corriendo.- Dije tratando de animar la cosa.
-¿Por qué dices eso? Eres la chica mas hermosa que he visto- Dijo con tono de sinceridad.
-Es que mi madre era tan hermosa, pero yo, no me parezco, eso me decepciona. Y cada ves que me miro a mi espejo no veo a la persona que quiero ver, que es a mi madre.- Dije, a punto de que se me salieran las lagrimas, todo el asunto de mis padres me ponía mal.
-Pero eres igual a tu bisabuela, hermosas, incluso tu eres mas hermosa- Dijo sonriendo, pero aquello me sorprendió.
-¿Como sabes lo de mi bisabuela?- Dije mirándolo con los ojos como platos.
-Oh!... Lo siento, no recordaba que no lo sabias. Tengo 345 años de vampiro y 17 años humanos. Conocí a tu bisabuela, era una chica bastante… mmm… Bueno era muy parecida a Isabel, elegante y sofisticada.- Dijo riéndose.
-Parece que en lo único que nos parecíamos era en apariencia.- Dije riéndome también.
-Afortunadamente. ¿Qué te parece si seguimos charlando en la casa?- Dijo saliendo con destreza del auto y en menos de un segundo abriendo la puerta del copiloto. Hasta ese momento no me había dado cuenta que ya habíamos llegado.
-Seguro.- Salí del auto y nos dirigimos a la casa. Cuando entramos nos encontramos con una gran sorpresa, habían mas de 20 personas en el living de la casa.
sara esta genial, me inspiraste y yo tambien escribi un nuevo cap
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